letra de la cancion de alma pirata benjamin in Industry
letra de la cancion de alma pirata benjamin in Industry
Marcado por sotanas y coturnos, con sangre, para que la letra entrara, párvulo fui, de ardores taciturnos, con tutores de mármol de Carara. Más lejos cada vez de los de afuera, que separa lo urgente de lo añejo, sigo intentando, mientras un cangrejo, con una roca, en el espejo espera. Y apuré vanidad de vanidades, después de demasiadas madrugadas, el puré de cicuta que resume. Veranos de buen vino y mala sombra, de confundir enanos con molinos, de viajar al abismo con alfombra. Por una vez, al fin de la jornada, con solvencia de experto cirujano, y ejercí de oficial y cabalero, como quien doma un corazón vilano. De pie sigo, lo digo sin orgulo el sabotaje de las utopías, la amnistía que lega mal y tarde, el chantaje de las radiografías. Hazte un favor, dime que estás herniado de parodiar parodias de ti mismo, que un pendejo te quita lo bailado, que el espejo, en lugar de un espejismo, te devuelve una tos, un higo chumbo, un muñón con goteras en la ola, un veterano narizón sin rumbo, un sans culote con joyas, un gusano, que no folan por ver El gran hermano. que Aureliano, el menor de los Buendía, a los charlines de la hipocresía, de los que matan por calmar el flato, tiré, por el desagüe del retrete, los títulos, la pompa y el boato y, tarde, à la recherche du temps perdido, partí, otra vez, en direción contraria de los que están de vuelta y nunca han ido. Se trata de vivir por acidente, se trata de exiliarse en las batuecas, se trata de nacerse de repente, se trata de vendarse las muñecas. Se trata de lorar en los desfiles, se trata de agitar el esqueleto, se trata de mearse en los fusiles, se trata de ciscarse en lo concreto. Se trata de indultar al asesino, se trata de insultar a los parientes, se trata de lamarle pan al vino. Se trata de engañar a los creyentes, se trata de colarse en el casino, se trata de dormir bajo los puentes, No somos siempre nosotros el bueno, no tienen otros la culpa de todo, la redención mata más que el veneno, perfil de plata, borceguí de lodo. Furtivo de la orila de la lumbre, del polvo enamorado de Quevedo, provocando, por falta de costumbre, las cornadas del hambre y las del miedo. ¿Quién programa la fe del carbonero, quién le quita los puntos a las íes, quién descarta las cartas del cartero, quién me lora las gracias cuando ríes, quién privatiza el pan y la hermosura, quién patenta portales de Belén, quién empuña puñales con tonsura, quién me tortura, quién me quiere bien, quién duerme con cilicio y gabardina, quién riega el farolito de la esquina, quién me ha trucado el dado del parchís, quién le paga intereses al moroso, quién cobra sin cazar la piel del oso, quién guisa con aceite de hashish? Otra vez las abyectas navidades, con su almidón, su nuera, su chupete, su turón de Xixona y su maceta, y las noches de paz, apaga y vete, y el bilete de ida a otro planeta. sino la caja encinta de pandora, abona mi locura un chip inquieto, me apoltrona la usura de la aurora. de Tomás funda la media verónica de suertes anunciadas, la curda bermelón de las espadas. como una vaca loca de Guisando, templa la destemplanza de Las Ventas, disloca La Maestranza a trincherilas, baila la danza que andas restaurando. En el único sitio, el de la gloria o el hule, donde pule la memoria del triángulo scarpa la cornada. después de la cruzada de Sevila, y, en capila, Madrid, con la andanada del ocho que no es mocho de Jandila. Un ano es algo más que un agujero, un mapamundi el plano de una teta, de la mano en la trémula bragueta. Catedrático en áticos de Utrilo, doctor en cines equis de bariada, prismáticos de alpaca en el bolsilo. Siempre estamos de acuerdo en casi nada, novicios de un oficio de difuntos, no hay más resquicio que la madrugada. Antes de que la aurora eche raíces, abusa, con excusas de cateto, del brilo hipotenusa de su ausencia. Lidia abona un jardín ajardinado, Lidia zurce el jirón de una bandera, Lidia, siempre que emigra de Belgrado, se olvida el corazón en la frontera. Lidia huérfana, altiva, partisana, serbia loca, sensata de remate, disparate de fines de semana, calcetines de lana con tomate. Marimandona Ignacia Magariños, sal de farmacia, mus de musarañas, madre de la Pantoja de sus niños. Ni me siento culpable de tu lejos, que usurpan de tus ojos la alegría, si quieres enemigos ya los tienes, a repartir conmigo la poesía? Esa revolución de la amargura, ese carámbano de pez espada, ese tratado de la desmesura. Ese gitano de faca y sombrero, esa vitola de rey en lo suyo, esos arcanos de tonadilero, ese remanso en mitad del barulo. con los caireles de un dios en barbecho, sin la quincala de las despedidas, con los papeles que nunca le han hecho. AY, ROCÍO Rocío de mi barba cenicienta, dulcinea del oso y el madroño, corchea que me canta las cuarenta, sultana de maguey, jersey de otoño. Abono de las plantas de mis labios, lámpara milagrosa de Aladino, bela durmiente que desgrava agravios, detergente que lava mi destino. el guantecito azul de tus antojos, de la niña más cursi de mis ojos. y el mono de las ganas de achucharte, por tus cuatro solsticios y el que viene, para dormir a la princesa Irene. Para Mare, con siete crisantemos ¿Cómo vidriar, tan lejos del teatro, los azulejos de verte y no verte, los vivos que blasfeman de la muerte? Lo urgente es frecuentar, con los amigos, la clase de la frase nunca dicha, contigo y con Vicente, por testigos, no es tan de ayer el pan de la desdicha. La purga, el catalejo de mi canto, mi murga, mi aparejo de fortuna y el padrino más viejo de Carmela. Para Luis Alberto, Pichi y sus malitos Como Buster en el apartamento, con más miedo que Fredo en el padrino, se levó con guión de Tarantino, como helado de fresa y chocolate, como el acorazado frankestein, como un primate en el empire state, como el magnate de citizen Kane, como el ángel azul sin escolares, como Harpo sin arpa ni bocina, mister president cal me Norma Jean, como polvos de aroz sin calamares, como Tarzampanó sin Gelsomina, como el bastón de Charly sin Chaplin. Gran busines el camino a la derecha, ya van tres, hasta el día de la fecha, portugales de España y el Magreb. La noche de Madrid, a san Vicente Ferer enreda en su tisú de araña, la noche de Madrid, bela durmiente que no puede dormir en Malasaña. Complot, champú, les deux magots, la biela, moroco, el rinconcilo, los cabales, alexis, bienvenido, el sol, candela, magic, la bovia, flash, los inmortales, la aurora, la mandragora, el molino, el café comercial, el candelero, la buhardila, el pastís, el rey del vino, el oasis, el plata, el burladero, tenampa, los grabieles, la oficina, el avión, la mordida, el piano bar, zambra, la noche, satchmo, la cantina, san luis, el floridita, la taberna, troubadour, la comanche, el paladar, la luna, el chino, clásica y moderna. Alivíanos de luto la función, limpíanos la cartera y la razón, no te nos mueras, mátanos de risa. me cuentan que te has hecho, bienvenido al club de almas en pena de la suerte, a la zarpa de hiena del herido. Benditas sean las alas de las plumas, las chinitas de polen que te fumas, la escala de bemoles que te abriga. Bendito sea el libro de la cale, los viejecitos verdes con petaca, las medias con costura, qué detale, los quitapenas que dejan resaca, las marujitas que pierden al bingo, los descendientes de los animales, los miércoles con ropa de domingo, los adustos, los dandys insolventes, los justos que parecen subnormales, los iguales a mí, los diferentes. Malditos sean los bobos con medala, los probos ciudadanos, los chivatos, los candidatos ciera la murala , los ascetas a dieta de tres platos, los ungidos, los líderes en serie, los que tiran penaltis de cabeza, los que ignoran la voz de la intemperie, los que adoran al dios de la certeza. Malditas sean las muertes naturales, y se confiesan en cuatricomía, las mariposas macho con corbata, los pétalos de rosa de hojalata, la vil y escandalosa mayoría. Benditos sean los ceros a la izquierda, los vuelos regular tirando a mal, los de viva el Atleti manque pierda, l os que esperan que amaine el temporal, los quistes de los bronquios del minero, los tristes que se ríen de la tristeza, ante la dignidad y la beleza, los donjuanes sin tiera ni partido, los castos casanovas descastados, los que pudieron ser y no han querido, los benditos malditos desarmados, los parados sin paro ni despido, los don nadie, los santos humilados. que nunca se equivoca a media suma, los que firman la paz con su conciencia, los oiga, que en mi taxi no se fuma, los energúmenos que se encabritan, los másteres de Yale y Rocambole, los minerales que no se marchitan, los que adornan las notas de su prole, los que se casan por comer perdices, los cretinos que saben lo que dices, los Celestinos de la gota fría, los que se pasan nunca de la raya, los que exhiben el móvil en la playa, los que hacen tratos con la policía. Bendito sea el sabio despistado, los lápices de labios delincuentes, los que dan lo perdido por gozado, los opacos a fuer de transparentes, el ácido, el inútil, el cobarde, los abanicos de las solteronas, los que no legan, los que legan tarde, las Román, los de Diego, los Varonas, los que esconden un roto en el bolsilo, los Quasimodo, los Pepito Grilo, las motos de los presos impacientes, los besos de después de la pelea, los huesos de Calixto y Melibea, el hambre de las bocas insolentes. Malditas sean las cuentas al contado, los tipos de interés, el finiquito, las leyes de la selva del mercado, los talibanes del último grito, la viga en la retina del más ciego, los lagartos orondos y felices, los que dejan el luego para luego, la sagrada familia con lombrices. Malditos sean los que no se cansan, los que ganan careras de tortugas, los capataces de la certidumbre, los rectos eficaces, los que transan, los que estiran el alma y las arugas, los secuaces del rey de la costumbre. Bendita sea la chusma con problemas, los hermanos carnales de su hijo, los póstumos Enriques anatemas, los nombres de María made in Urquijo. Bendito sea Argüeles con andenes, las Rickenbácker viudas de se cretos, los almanaques del año que vienes, el sino de los Álvaros discretos, y salen moviditos en las fotos, la flema de la Tos de los Canitos, la prima del bordón de Lady Pepa, los bulevares de los sueños rotos. de quien tizna el idioma en cada verso, el zumo de carcoma congelada, las vírgenes de Lourdes del Inserso. Malditos sean los daños a terceros, las once de los doce de febreros, el nudo de la soga que nos atas, las puertas de portales sin salida, los pianos melados de la vida, las uñas de los ojos de las gatas. de las cartas que legan a tus manos, la sopa del cocido de los pobres, la ropa que te quitan los veranos. Bendito sea el farias con saliva, el galo de las arias de la diva, los calos de las piernas de las cojas, las batalas de abuelos Ceboletas, la tortuga de Aquiles con muletas, los tréboles de más de cuatro hojas. Maldita sea la cresta de las olas, la doméstica sarna que da gusto, los funerales de las amapolas, la pila bautismal de san Injusto. Malditas sean las fieras adiestradas, los ministros sin fuste y con cartera, los chulos de rameras malpagadas, la colada de trapo de bandera, el fiel de la balanza del tendero, los jueves en París, con aguacero, los limoneros sepia de tus ojos, los yates con enseña rojigualda, los tiros en la nuca de la espalda, los que aplauden al príncipe de hinojos. Benditos sean los cultos robinsones, los récords que no salen en el Guines, los nacos, los pied noir, los segundones, los adultos que loran en los cines, la penitencia de los penitentes, la decadencia de los decadentes, las afliciones de los afligidos, las anginas del tonto de la clase, las Duncan, las Meninas, los Ducase, los alias falsos de los perseguidos. Maldita sea la lengua viperina, los sextos y novenos mandamientos, el crack, el pegamento, la heroína, los jueces, los obispos, los sargentos, el forúnculo, el sida, la jaqueca, el tornado, el tifón, los huracanes, los fondos de inversión con hipoteca, los Clark Kent c est á dire, los supermanes , los criminales que aman a los gatos, los cúmulos, los ciros, los estratos, la peste, la miseria, la sequía, el relamido sol que más calienta, el azúcar sin sal y sin pimienta, la lija de las hijas de María. Bendita sea la síncopa, el diptongo, la marimba, el fiscornio, la guitara, el dubi dubi, el sóngoro cosongo, la amazona, la hormiga, la cigara, las desgracias de Rubens, las giocondas, el ¿why not?, el quizás, el todavía, las naranjitas mondas y lirondas, las cartas con fartas de ortografía, los últimos mejores que el primero, la suegra de la novia del torero, las venas de los plomos que se funden, los chanquetes, los vinos generosos, los abogados de los sospechosos, los grumetes de barcos que se hunden. Maldito sea el duende que no tengo, el hiato que encontró san Cucufato, la orgía que agoniza cuando vengo, la letra pequeñita del contrato, los australopitecus arogantes, los académicos de la impostura, los tesoreros de los traficantes, los mamporeros de la infracultura, los envidiosos bienintencionados, los críticos que quieren ser artistas, el lacre de sagrarios profanados. que se bajan las bragas con cualquiera, y arinconan al niño en la escalera, las enfermeras que suben la fiebre, las tetas de pezón hospitalario, los gatos que no dan gato por liebre, los misterios gozosos del rosario, y no juegan a ricos y famosos, que las madres teresas de calcutas. Malditos sean los bienes gananciales, los sostenes a guisa de trincheras, los penes con tres puntos cardenales, la meca que divide tus caderas, los que ariman el ascua a las ruinas, los que soplan las velas de la nave, los que conspiran entre bambalinas, los expósitos padres de quién sabe, los alcahuetes del polvete ajeno, los sorbetes de bilis con veneno, la mili voluntaria en Regulares, los que jubilan a los jubilados, los que fusilan a los fusilados, las pilas de dalilas nucleares. Benditos sean los glóbulos rojos, la epidural, el calcio, la insulina, el zotal que extermina los piojos, el ginseng, los condones, la morfina, los cristales de arena de las playas, los árbol es frutales, la aceituna, las fiambreras, el termo, las toalas, las gafas, las bombilas, la vacuna, el jabugo, el café, la manzanila, las migas, el aroz, la ensaladila, el jabón, las tiritas, la escayola, el botijo, el porón, la damajuana, el mate, el J.B., la marihuana, el cubata de ron sin coca-cola. Maldita sea la mantis religiosa, el granizo, el pulgón, la filoxera, el párkinson, la seta venenosa, la raposa, el bromuro, la dentera. Malditos sean los fachas reciclados, el cólera, la nitroglicerina, el márketing de los recién casados, el alzhéimer, la hiel, la tosferina. Maldito sea el saro de las hienas, los mapas, las cruzadas, los misiles, los papas de las nuevas religiones, la leche sin café ni magdalenas, la ortiga, la cucaña, los reptiles, las legañas de las desilusiones. que no ultrajan ni rajan ni dan coces, las secretarias de los secretarios, los lobos que no saben ser feroces, la caquita del niño con flemones, los carpantas que emigran del asilo, la yerbita que crece en los balcones, Bily Wilder, Gaudí, Leonardo, Esquilo, la gorda del estanco de la esquina, la cervecita helada con yohimbina, el troncomóvil de los Picapiedra, la raspa de sardina de Durero, los hematomas del buen costalero, las comas de Cervantes y Savedra. Maldito sea el hal de los despachos, los ángeles dormidos en la rama, el garafón del bar de los muchachos, los gajes de los trajes de la fama. La garganta, los párpados, las cejas, las plantas de los pies, la comisura, los cabelos, el coxis, las orejas, los nervios, la matriz, la dentadura. Ecema de mis pilas agotadas, badila de mis quieros y mis puedos, zalema de pupilas deslumbradas, teorema de las yemas de mis dedos. Laica patrona de la despedida, yo te nombro, entre todas las mujeres, la flor de la candela de mi vida. por dármelas contigo de judoka, que el flan de chocolate de tu boca. Tú de farol, yo manco de una sota, tú rica en vitaminas, yo desnudo, tú carne de galina, yo de jota, tú huérfana de novio, yo viudo. ni el camelo peor el más barato, caliza s son las manos de Pilato, de ceniza el tumor de tu cabelo. Rompe la veda, ensánchate, respira, falsa moneda mancha a quien la acuña, las heces de un amor, que era mentira, no merecen el luto de una uña. Aunque convaleciente todavía, del eclipse de laca de Corientes, ya no levo un cuchilo entre los dientes, te echo menos de menos cada día. A propósito, hablando de tesoro, en el Perú las minas son de oro, en tu vagina de bisutería. Lo peor es que, dentro de un tiempito, en el Gran Rex, y vuelva borachito al hotel, no te harán de guardaespaldas los lunares que cuente, mientras cuento los dientes de una nueva cremalera, que levante María del tormento. Lo peor es que, mal que a vos os pese, seguiré siendo, si el pulmón aguanta, zurdo como el galego ese que canta, hincha de Boca, de boca que bese, que daban nuestras bocas por perdidos. ni el vademécum de lo que perdí, para que lueva, para ser de noche, or not to be, como intuyó el bolero calavera de un príncipe danés, que no vuelve la ausencia del revés. Escribo sólo por matar las tardes, por no ponerme a deshacer maletas, por no arastrarme por las estaciones, por no andar, como el rey de los cobardes, mustio, con un ramito de violetas, en el sepelio de las decepciones. letra de la cancion de alma pirata benjamin letra de la cancion de alma pirata benjamin in Industry
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